La montaña de Montserrat es uno de los lugares más emblemáticos de Catalunya, tanto por su peculiar geografía, como por los mitos y leyendas que rodean este magnífico paraje. Si aún no te has perdido por su encanto, es uno de los must que no puede faltar en tu agenda este 2018.
El entorno de Montserrat se puede ver de muchas maneras. Por tierra es impresionante, pero ver Montserrat desde el aire es simplemente mágico. Los paisajes que ofrece la zona, con la montaña y sus cuevas como telón de fondo, te harán vivir una experiencia inolvidable.
Para que conozcas un poco más la zona, vayamos al origen. El Monasterio de Montserrat, abrazado por las montañas, se alzó en el año 1.025. Es una edificación de estilo plateresco, repleta de esculturas y elementos decorativos. Año tras año es lugar de encuentro de miles de peregrinos que acuden a pedir deseos a “La Moreneta”, una virgen negra que fue encontrada en una pequeña cueva de la zona.
Las leyendas cuentan que La Moreneta fue encontrada en el siglo IX por unos pastores que llegaron al lugar guiados por una luz. El obispo de Manresa ordenó que la virgen fuera transportada a su ciudad, pero durante el transporte, La Moreneta se hacía cada vez más pesada a medida que se alejaba de su cueva.
También se comenta que el interior de la montaña de Montserrat está hueca y que por ella fluctúan corrientes telúricas que provocan una manifestación de energía ionizada. Éste, según los creyentes, es el motivo de la paz interior que consiguen los habitantes de la zona (los monjes) y de los que deciden hacer un retiro espiritual.
Otra leyenda famosa es la del Cavall Bernat. En la parte más alta de Montserrat - conocida como “Cavall Bernat” – el mismísimo diablo se le apareció a un humilde leñador. Éste le ofreció un fuerte caballo (llamado Bernat) para que le ayudara en las tareas del campo y a cambio, el leñador, solo debía devolverle al diablo un caballo con las mismas cualidades que Bernat al cabo de 10 años. Pasado ese tiempo, el diablo regresó a cobrar su deuda y la mujer del leñador, en darse cuenta, empezó a rezar a la virgen para pedir ayuda. Y parece que las plegarias dieron sus frutos, pues la virgen echó al diablo del lugar dejando tras de sí una gran piedra apuntando hacia el cielo.
También grandes hitos de la historia pasaron por estas montañas. En 1940, durante el III Reich de Adolf Hitler, las tropas del Fürer, comandadas por Himmler, aparecieron por la zona en busca del Santo Grial. La idea de los alemanes era hacerse con los poderes ocultos capaces de ayudarles a ganar la guerra. A día de hoy aún no se sabe lo que Himmler encontró en la gran biblioteca del Monasterio. Lo qué sí pueden asegurar los historiadores es que se pasó ahí horas y horas.
Y por último, no podemos dejar de mencionar la leyenda del Timbaler del Bruc. Por el 1808, durante la Guerra del Francés, el temido ejército napoleónico avanzaba por la Catalunya interior, cerca de las montañas de Montserrat. Los habitantes de un pueblecito cercano – El Bruc – estaban desesperados y se armaron con lanzas, piedras y todo aquello que encontraban a su paso. Mientras, un joven del pueblo, con su tambor, subió montaña arriba, enfadado por qué los mayores no le dejaban luchar.
Cuando el chico avistó las tropas francesas gritó “Ay madre” y escuchó el eco de su voz. Fue en ese instante cuando se le ocurrió una idea: repicar su tambor con mucha fuerza para conseguir que con el eco los franceses se pensaran que había una gran tropa esperándolos. El ruido surtió efecto y las tropas de Napoleón huyeron despavoridas de la zona.
Hay quien dice que aún se oye por la zona el eco del tambor del valiente joven. Si es verdad o no solo lo descubrirás si vienes a conocer este magnífico paraje :)